Mario Mendoza
Mario Mendoza nació hace 37 años en Bogotá. Estudió en la Universidad Javeriana de Bogotá y terminó sus estudios de literatura en 1987 para posteriormente convertirse en profesor del Departamneto de Literatura de la misma universidad en la que había estudiado. Aunque siempre profundamente vinculado a su Bogotá natal, Mario Mendoza cruzó el Atlántico en diversas ocasiones. Lo hizo cuando para venir a España para asistir en los cursos de literatura hispanoamericana de la Fundación Ortega y Gasset y también para ir Israel donde residió en Hof Ashkelon (Gaza), una de las zonas más calientes del planeta. Fue después de este viaje cuando, al regresar a su país, empezó a publicar algunos artículos en diarios revistas colombianos. En el otoño de 1997 trabajó en James Madison University en Virginia, EE.UU.
Sus obras, sus premios
Conocedor a fondo de las secretos de Bogotá, de sus suburbios y de sus gentes, Mario Mendoza refleja a través de sus novelas su preocupación y sentido de lo social. La obra de Mendoza podría agruparse en dos bloques bien defirenciados. El primero compuesto por sus novelas: La ciudad de los umbrales y Scorpio city. La primera, un libro dedicado a los intelectuales clandestinos de latinoamérica, le valío fuertes críticas y el abandono temporal de la cátedra de literatura que ocupaba. Su segunda novela Scorpio city le valió el seguimiento y las constantes amenazas telefónicas de una secta religiosa. El punto de inflexión lo marca su libro Relato de un asesino (Seix Barral) una novela fruto del trabajo y en el que a través de una utilización estética del lenguaje desarrolla sus personajes en los tan conocidos por el escritor escenarios servidos por la ciudad de Bogotá. Es ahora con su última novela Satanás con la que consigue el Premio Biblioteca Breve 2002 otorgado por la Editorial Seix Barral. Satanás narra una historia de la maldad en la que sus protagonistas no son más que el reflejo de una sociedad en crisis.
Texto tomado de http://www.telepolis.com/cgi-bin/web/DISTRITODOCVIEW?url=/novela/doc/Biografias/mmendoza.htm
Horacio Quiroga
(Salto, 1878 - Buenos Aires, 1937) Narrador uruguayo radicado en Argentina, considerado uno de los mayores cuentistas latinoamericanos de todos los tiempos. Su obra se sitúa entre la declinación del modernismo y la emergencia de las vanguardias.
Las tragedias marcaron la vida del escritor: su padre murió en un accidente de caza, y su padrastro y posteriormente su primera esposa se suicidaron; además, Quiroga mató accidentalmente de un disparo a su amigo Federico Ferrando.
Horacio Quiroga
Estudió en Montevideo y pronto comenzó a interesarse por la literatura. Inspirado en su primera novia escribió Una estación de amor (1898), fundó en su ciudad natal la Revista de Salto (1899), marchó a Europa y resumió sus recuerdos de esta experiencia en Diario de viaje a París (1900). A su regreso fundó el Consistorio del Gay Saber, que pese a su corta existencia presidió la vida literaria de Montevideo y las polémicas con el grupo de J. Herrera y Reissig.
Ya instalado en Buenos Aires publicó Los arrecifes de coral, poemas, cuentos y prosa lírica (1901), seguidos de los relatos de El crimen del otro (1904), la novela breve Los perseguidos (1905), producto de un viaje con Leopoldo Lugones por la selva misionera, hasta la frontera con Brasil, y la más extensa Historia de un amor turbio (1908). En 1909 se radicó precisamente en la provincia de Misiones, donde se desempeñó como juez de paz en San Ignacio, localidad famosa por sus ruinas de las reducciones jesuíticas, a la par que cultivaba yerba mate y naranjas.
Nuevamente en Buenos Aires trabajó en el consulado de Uruguay y dio a la prensa Cuentos de amor, de locura y de muerte (1917), los relatos para niños Cuentos de la selva (1918), El salvaje, la obra teatral Las sacrificadas (ambos de 1920), Anaconda (1921), El desierto (1924), La gallina degollada y otros cuentos (1925) y quizá su mejor libro de relatos, Los desterrados (1926). Colaboró en diferentes medios: Caras y Caretas, Fray Mocho, La Novela Semanal y La Nación, entre otros.
En 1927 contrajo segundas nupcias con una joven amiga de su hija Eglé, con quien tuvo una niña. Dos años después publicó la novela Pasado amor, sin mucho éxito. Sintiendo el rechazo de las nuevas generaciones literarias, regresó a Misiones para dedicarse a la floricultura. En 1935 publicó su último libro de cuentos, Más allá. Hospitalizado en Buenos Aires, se le descubrió un cáncer gástrico, enfermedad que parece haber sido la causa que lo impulsó al suicidio, ya que puso fin a sus días ingiriendo cianuro.
Las tragedias marcaron la vida del escritor: su padre murió en un accidente de caza, y su padrastro y posteriormente su primera esposa se suicidaron; además, Quiroga mató accidentalmente de un disparo a su amigo Federico Ferrando.
Horacio Quiroga
Estudió en Montevideo y pronto comenzó a interesarse por la literatura. Inspirado en su primera novia escribió Una estación de amor (1898), fundó en su ciudad natal la Revista de Salto (1899), marchó a Europa y resumió sus recuerdos de esta experiencia en Diario de viaje a París (1900). A su regreso fundó el Consistorio del Gay Saber, que pese a su corta existencia presidió la vida literaria de Montevideo y las polémicas con el grupo de J. Herrera y Reissig.
Ya instalado en Buenos Aires publicó Los arrecifes de coral, poemas, cuentos y prosa lírica (1901), seguidos de los relatos de El crimen del otro (1904), la novela breve Los perseguidos (1905), producto de un viaje con Leopoldo Lugones por la selva misionera, hasta la frontera con Brasil, y la más extensa Historia de un amor turbio (1908). En 1909 se radicó precisamente en la provincia de Misiones, donde se desempeñó como juez de paz en San Ignacio, localidad famosa por sus ruinas de las reducciones jesuíticas, a la par que cultivaba yerba mate y naranjas.
Nuevamente en Buenos Aires trabajó en el consulado de Uruguay y dio a la prensa Cuentos de amor, de locura y de muerte (1917), los relatos para niños Cuentos de la selva (1918), El salvaje, la obra teatral Las sacrificadas (ambos de 1920), Anaconda (1921), El desierto (1924), La gallina degollada y otros cuentos (1925) y quizá su mejor libro de relatos, Los desterrados (1926). Colaboró en diferentes medios: Caras y Caretas, Fray Mocho, La Novela Semanal y La Nación, entre otros.
En 1927 contrajo segundas nupcias con una joven amiga de su hija Eglé, con quien tuvo una niña. Dos años después publicó la novela Pasado amor, sin mucho éxito. Sintiendo el rechazo de las nuevas generaciones literarias, regresó a Misiones para dedicarse a la floricultura. En 1935 publicó su último libro de cuentos, Más allá. Hospitalizado en Buenos Aires, se le descubrió un cáncer gástrico, enfermedad que parece haber sido la causa que lo impulsó al suicidio, ya que puso fin a sus días ingiriendo cianuro.
Informacion tomada de la página http://www.biografiasyvidas.com/biografia/q/quiroga_horacio.htm